Dios tiene algo mejor
Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida. (Proverbios 4:23)
Toda persona cuando comienza una relación amorosa, jamás la comienza sabiendo si algún día terminará o si será para siempre. El anhelo de cada corazón, es triunfar en el amor y ser feliz junto a una persona el resto de tu vida. Pero no siempre resulta así. Y tú dirás, ¿Dios me quiere ver triste? ¿Dios me quiere soltera? No, Dios tiene otros planes para ti.
Fracasar en el amor nunca está en nuestros planes, y mucho menos sufrir por amor. No hay nada que puedas hacer para impedir llorar o sentirte mal cuando aquellos sueños que tenías junto a alguien, se derrumbaron. Pero sí hay una fórmula infalible y exitosa para volver a sonreír: Pensar en Cristo.
Como hijos e hijas de Dios, debemos de tener como prioridad, buscar agradar a Dios. Cuando pongamos nuestros corazones completamente en manos de Dios, Él lo pondrá en manos de alguien que realmente te merezca. Claro que duele, pero si te quedas en el dolor, le estás dando el gusto al diablo de verte débil. Jamás Dios quita a alguien de nuestras vidas si no es por una buena razón.
Cierta vez me dijeron “Dios pone a las personas en tu vida por una razón, y las saca... por una aún mejor.” Nosotros no sabemos cuáles son los propósitos de Dios con nuestras vidas. No sabemos quién será la persona que lleve en su dedo, un anillo con nuestro nombre. Ni mucho menos sabemos cuándo es que el amor verdadero llegará a nuestras vidas. Lo que sí sabemos, es que TODO, pero TODO, está bajo el control de Dios.
Puede ser que por el momento veas todo gris, todo nublado, y sin saber qué hacer. Pero déjame decirte que lo gris jamás empañará la pintura preciosa que Dios está pintando en tu vida. Él es un Maestro en todo lo que hace. Necesitas poner tu corazón en Él.
El versículo de allí arriba nos advierte, que debemos de guardar nuestro corazón. ¿Qué significa? Que debemos de guardarlo en Dios. Debemos depositar nuestra confianza en Él y no en los hombres, porque es del corazón de lo que vivimos. Cuando nos inunda la tristeza, nuestro corazón sufre y nuestro espíritu se abate. Hemos sido creados para ser felices.
“El Señor cumplirá en mí su propósito. Tu gran amor, Señor, perdura para siempre; ¡no abandones la obra de tus manos!” (Salmos 138:8) Aprópiate de este versículo, cree que Dios tiene preparado algo mejor para ti y que Su voluntad es perfecta.
Nos duele olvidar, y muchas veces no olvidamos. Pero si te han decepcionado, o traicionado, perdona de corazón a esa persona, y pon tu mirada en Dios. Puedes mantener una relación de amistad si lo has superado, pero si no, es mejor alejarse para no seguir lastimándose. Date un espacio a solas con Dios.
Mira a tu alrededor, hay personas que te aman y amaron más quizás que tu pareja. Te quieren ver bien, vamos, desde hoy toma la decisión de perdonar y confiar en que Dios te tiene preparado un príncipe o princesa mejor.
Mira más allá de tus ojos humanos y fija tu mirada en los propósitos de Dios. Aprende a esperar en Su tiempo.
No puedes seguir culpándote de los fracasos que hallas tenido, ni muchos menos puedes pasarte la vida llorando por los errores antes cometidos, debes reconocer que si Dios ya te perdonó, entonces eres libre y Dios te ha llamado para ser una victoriosa o un victorioso. Eres más que vencedor en Cristo y los errores que has cometido son sólo experiencias que te ayudaran a madurar espiritualmente y con los cuales algún día podrás ayudar a otras personas que estén pasando por lo mismo.
Aprende a esperar en Dios, pues Él te recompensará en gran manera, así que levántate en el Nombre de Jesús y comienza a tratar de agradar a Dios.
“El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad sino que se regocija con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor jamás se extingue, mientras que el don de profecía cesará, el de lenguas será silenciado y el de conocimiento desaparecerá.” (1 Corintios 13:4-8).
Descansa en el amor de Dios. Dios te bendiga.
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