El mundo te decepciona y ¿Culpas a Dios?





Pronto, muy pronto, todos ustedes huirán, cada uno por su lado, y me dejarán solo. Pero no estaré solo, porque Dios mi Padre está conmigo. (Juan 16:32)
 Las decepciones humanas siempre son dolorosas. Nosotros entregamos casi toda nuestra confianza en alguien que al final, nos termina fallando. Puede ser una pareja o una amistad, un familiar o un hermano de la iglesia. Un líder, un pastor o un vecino. Pero siempre duele.
 Y la culpa quizás no siempre es de los demás, sino nuestra, por no haber entendido el mensaje de la Biblia. La Palabra de Dios es clara, y dice que es mejor confiar en Dios que confiar en el hombre. Hay tantos cristianos que se alejan del camino de Dios por una decepción humana, y yo te pregunto, ¿Dios tiene la culpa?
 Dios está allí donde lo dejaste. Dios está esperando el abrazo de su hijo perdido, de su hijo alejado. Recuerda la oveja perdida en aquella parábola. ¿Dios tuvo la culpa de que ella se perdiera? No, al contrario, la buscó día y noche, la llamó por su nombre, no descansó hasta encontrarla. Ella se alejó de su pastor.
 Así mismo es con nosotros. Cuando tenemos problemas con una persona, cuando sentimos tanto dolor en nuestro corazón, creemos que Dios tiene la culpa de todo y nos alejamos. Y Dios no descansa, Dios te busca, Dios te dice “Todo lo que permito tiene un propósito. Conozco tu dolor, sé que te duele, pero Yo no te he abandonado. Vuelve a mí.”
 Hay un Salmo que me gusta mucho que dice “Me mostrarás la senda de la vida. En tu presencia hay plenitud de gozo; delicias a tu diestra para siempre.” (Salmos 16:11 RV1960) Y en la versión TLA dice “Tú me enseñaste a vivir como a ti te gusta. ¡En tu presencia soy muy feliz! ¡A tu lado soy siempre dichoso!”.
 Cuando aprendemos a vivir para Dios, cuando aprendemos que sólo en Su Presencia hay plenitud de gozo, cuando entendemos que a Su lado seremos felices y dichosos, es allí cuando de una vez por todas aprendemos a depender de Dios y sólo de Dios. Allí, cada vez que nos decepcionen las personas, Dios nos consolará.
 A Jesús todos sus discípulos, seguidores y amigos, lo abandonaron. Pero Él dijo “No estaré solo, porque Dios mi Padre está conmigo”. Así mismo debemos aprender a decir nosotros. Te van a fallar, te van a decepcionar, y no es que sea pesimista, la Biblia misma nos lo advierte; pero solo Alguien estará para consolarte: Dios.
Entonces ¿Dios tiene la culpa? No. Dios ha permitido lo que te sucede para que dependas más de Él. Dios quiere que vayas a Su presencia, que en la intimidad le cuentes cuáles son tus debilidades y dolores. Que le cuentes cuáles son tus decepciones, que le pidas que restaure tu corazón.
¿No crees que es injusto culpar a Dios por algo que te ha advertido y a lo cual no hiciste caso? Él no quería que pasaras por esta decepción, Él no quería que sufrieras tanto por una persona, Él no quería que lloraras al recordar lo que te hicieron. Por eso te da la Biblia, por medio de ella, Él habla, Él TE habla.


Te lo ha advertido, te lo repite constante en la Biblia, te dice que no confíes ni en tu propio corazón, porque hasta él es engañoso.

No te alejes de Dios cuando alguien te falle. Recuerda que Él hizo que Cristo colgara en una cruz para darte felicidad eterna. Vuelve hoy a Él.

Dios se las sabe todas





"Y El les dijo: Vosotros sois los que os justificáis a vosotros mismos ante los hombres, pero Dios conoce vuestros corazones, porque lo que entre los hombres es de alta estima, abominable es delante de Dios". (Lucas 16:15)
*Esta entrada no estaba planificada siquiera. Mientras leía la Biblia, me llamó la atención un pasaje, el de Juan 3:25 y sentía que Dios quería decirme algo con esto. Así que aquí está*
En todo el mundo, hay personas que viven 2 vidas: en una alaban y exaltan el Nombre de Dios, son los primeros en decir ¡Amén! y los que declaran a gran voz todas las bendiciones y promesas que Dios tiene para su vida y en la otra son los más parranderos, los más conocidos en las discos y los que más gastan en bebidas alcohólicas.
 Creen que NADIE se da cuenta de lo que hacen. Que están engañando a todo mundo y que nadie nunca podría descubrirles. Son de estos tipo “Superman” a los cuales nadie puede vencer, porque son más astutos que cualquiera o como dicen acá en República Dominicana “más papita que el papa”.
No cuentan con que Dios sabe lo que hay en su corazón. No saben que Dios sí sabe lo que hacen y que conoce cada una de sus saliditas a medianoche. 
 ¿Saben? Yo fui una de esas personas. No al extremo de bebidas alcohólicas ni discos, pero sí, vivía otra vida. En una, decía ser cristiana, y en la otra, era una chica que se preocupaba por mí, luego por mí y después por…mí. Odiosa, vanidosa, arrogante, soberbia, orgullosa. Creyéndome que me las sabía todas. Hasta que un día, Dios me puso ante un espejo y me di cuenta de que no era nada sin Él, y que no hacía nada con tener la doble vida porque a la única que le hacía mal era a MÍ.
Pero ese es parte de un largo testimonio que algún día no muy lejano contaré. El punto es, que DIOS ES QUIEN SE LAS SABE TODAS.
No comprendo qué se gana con llevar esa doble vida, si ya con una nos estresamos, nos angustiamos, nos quejamos y hasta nos irritamos. No pueden imaginar lo pesado que es llevar esas vidas en la espalda y mucho más si en ninguna se tiene a Cristo para ayudar a cargar.
Si eres de aquellos que llevan esa doble vida, te diré algo: POR TU BIEN, NO SIGAS ASÍ.
No sé si te pasa, pero yo lloraba constantemente sin razón aparente. Culpaba a mis sentimientos y me autonombraba: Hipersensible. Pero no era eso lo que me hacía llorar realmente, es que yo sabía que me hacía falta algo que aún no había podido encontrar, y que el vacío que sentía no se llenaba con palabras bonitas de chicos que me gustaban, sino que mi corazón anhelaba algo más, algo que cambiara mi vida y le diera un giro de 360 grados y fue ahí, en ese justo momento cuando llegó Cristo, y confieso, hermano, NO HE VUELTO A SER LA MISMA.
 "Yo, el SEÑOR, escudriño el corazón, pruebo los pensamientos, para dar a cada uno según sus caminos, según el fruto de sus obras". (Jeremías 17:10)


 Si decides continuar como estás porque dices que de la forma que amas a Dios, estás bien, te invito a pensarlo dos veces. A Dios no le amas como quieres o como más te convenga. Si amas a Dios, lo amas en serio. Piensa en cómo te pones con el chico que amas (Siempre quieres estar junto a él, le hablas de él a tus amigas, te encanta todo de él, es tu héroe, y la persona con quien quieres pasar el resto de tu vida, por la cual darías todo, hasta tu último aliento) ¡pues así y más deberías amar a tu Creador! ¡Jesucristo vino aquí a morir por nuestros pecados en una cruz y ¿piensas que con el mediocre y escazo amor que le das es suficiente?! Analiza tu caso y verás que estás en un error y de que al final terminarás absolutamente solo, y con dos vacíos enormes, uno por cada vida.
Comprende que Cristo es el dador de Vida Eterna.
Te aseguro que si entregas tus dos vidas, a cambio te dará una que te durará por siempre. ¿Buena oferta, no?
Espero que no la desaproveches. Te queda poco tiempo.
Dios te bendiga. 
Oh SEÑOR, tú me has escudriñado y conocido. (Salmo 139:1)

Bendiciones que no ves



"Y te amará, te bendecirá y te multiplicará. También bendecirá el fruto de tu vientre y el fruto de tu tierra, tu grano, tu vino y tu aceite, el aumento de tus vacas y los rebaños de tus ovejas, en la tierra que juró a tus padres que te daría". (Deuteronomio 7:13)
Día a día hacemos constantes peticiones a Dios, pero, siempre hay algo que anhelamos más que todo, alguna sanación, mejoras económicas para salir de deudas, la llegada de una pareja...
En ese pedir y pedir, nos olvidamos de que Dios, en Su Infinita Misericordia, cada día nos va colmando de bendiciones. Esas bendiciones pequeñas que no vemos. ¿No sabes de cuáles hablo?
¿Necesitas un ejemplo? Aquí te va:
-Que respires cada SEGUNDO es una bendición.
Tú dirás que no es una bendición porque al fin y al cabo he respirado toda mi vida y es algo normal, no algo ASOMBROSO y súper extraordinario. Pues fíjate que SÍ lo es. El hecho de podamos inhalar y exhalar, que nuestros pulmones se ensanchen y luego saquen el aire,  que podamos  hacerlo cada segundo es una nueva oportunidad que te da Dios para agradecerle por un segundo más de aliento, y piensa que, si lo has podido hacer toda tu vida (que supongo, a menos que seas algún robot que no respire y vives a base de aceite) es porque Dios te ha estado BENDICIENDO desde el momento en el que fuiste concebido.
-Que hayas nacido es una BENDICIÓN.
Muchas personas con problemas, maldicen el día en el que nacieron, incluyendo a Job. Pero esto no radica en este punto, sino que cierto es que el que hayas tenido la oportunidad de NACER es una gran bendición. Cada minuto cientos de bebés mueren en el vientre de la madre, es decir, antes de nacer. Y algunos, incluso, mueren inmediatamente son sacados hacia el mundo exterior por lo que le agregamos un plus a esto y decimos "El hecho de poder nacer y haber crecido es una bendición".
¿Viste la cita bíblica de allá arriba? Hermosas bendiciones ¿no? Prosperidad, felicidad ¡Wao! Pero, ¿Por qué no te fijas en esta?:
"Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad." (Lamentaciones 3:22-23)
Por Su Misericordia no hemos sido consumidos, no hemos sido eliminados, no hemos muerto, porque Él es FIEL. Hermano/a, ¿No te has dado cuenta de que aunque tú le falles y le dejes, Él nunca te abandona? Es porque Él prometió estar con nosotros hasta el fin de los tiempos.
Muchos le ruegan por Su Bendición. Oran y oran para que su petición, la cual han llamado "bendición" llegue a ellos de la manera más rápida posible. Y la mayoría de veces esa petición no es lo que Dios quiere concederte, Él tiene LOS MEJORES planes para nosotros. Por ende, si a esas personas no les es concedida la petición, comienzan a reclamarle a Dios, a preguntarle que dónde ha estado, que por qué los ha abandonado, sin saber las bendiciones que EN ESE PRECISO instante Dios les he está dando. Sin darse cuenta de que, el tan solo hecho de poder hablar con Dios en oración es una de las más grandes bendiciones de la que podamos jactarnos poseer, puesto que muchísimas personas en el mundo NO conocen a Cristo y nunca han escuchado hablar de Él.
Pero esto no se queda aquí, sino que Dios, en Su Infinita Bondad, te da a cambio de la petición NO concedida, ¡UNA BENDICIÓN MAYOR! E igual, aquellas bendiciones que llamas "pequeñitas" que pasan desapercibidas delante de tus ojos.
Sé agradecido cada día y NUNCA digas que Dios no te ha dado Su Bendición porque cada año, cada mes, cada semana, cada día, cada hora, cada minuto y cada segundito Él está obrando a tu Favor, bendiciéndote significativamente.

Hermosos pies

                              
 ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas! (Romanos 10:14-15)
Yo no sé cómo llegaste a Cristo, no sé si vienes de familia cristiana o si te evangelizaron, pero lo cierto es que “alguien” te habló del amor de Dios y desde ese entonces tu vida cambió.
Hoy día, hay muchas almas sin conocimiento de la Salvación, y no es por falta de misericordia divina, sino por falta de pies bellos que la prediquen. Dios llama a tantos, pero son tan pocos los que se animan a seguirle. Y lo más triste, es que no todos los que lo siguen lo obedecen.
He sido muy criticada por el tema que hoy voy a tocar, y es el de: La ayuda espiritual. En mi corazón Dios puso la necesidad de escribir sobre esto tan mal visto hoy día. ¿Por qué mal visto? Porque mezclarse con los del mundo, se ha tornado “pecado” para muchos, cuando en realidad nuestra misión es “Id por todas las naciones y predicar el evangelio a toda criatura”.
Si nosotros sólo hablamos de Dios con cristianos, ¿Cómo llegaremos a los incrédulos? Si sólo predicamos en las iglesias, ¿Cómo los incrédulos llegarán a saber de nuestro Dios? Esto no es nada nuevo, el mismo versículo de allí arriba lo describe. ¡Qué hermoso es ver llegar a alguien con las buenas noticias!
En este tiempo siendo cristiana, de lo que más he aprendido y vivido ha sido de ayuda espiritual. ¿Por qué? Porque mi familia es incrédula, muchas de mis amistades son incrédulas y me rodeo de gente incrédula. ¿Porque sean incrédulos voy a dejarlos solos? ¿Voy a dejarles de hablar? ¿O mejor doy el ejemplo y predico con mi testimonio?

Sí, es difícil, hay muchas tentaciones y confrontaciones. He tenido discusiones, he sido discriminada, pero así también he visto cambios en mi familia, mis amistades se han acercado a preguntarme sobre Dios y he logrado estar en paz con ellos.
Mezclarse en el mundo no significa comportarse como ellos. La Biblia nos exhorta a no comportarnos como el mundo, ¡Pero no nos dice que no nos mezclemos, al contrario, nos manda a ir al mundo!
“Predica la Palabra; persiste en hacerlo, sea o no sea oportuno; corrige, reprende y anima con mucha paciencia, sin dejar de enseñar. Porque llegará el tiempo en que no van a tolerar la sana doctrina, sino que, llevados de sus propios deseos, se rodearán de maestros que les digan las novelerías que quieren oír. Dejarán de escuchar la verdad y se volverán a los mitos. Tú, por el contrario, sé prudente en todas las circunstancias, soporta los sufrimientos, dedícate a la evangelización; cumple con los deberes de tu ministerio.” (2 Timoteo 4:2-5)
Es necesario ayudar espiritualmente a las personas, ya que es Dios quien habla a través nosotros, cuando lo hacemos. Ten cuidado, sólo esto es recomendable hacerlo cuando espiritualmente nosotros estamos bien. Si nos acercamos para ayudar a alguien, estemos seguros en nuestra fe que ese es nuestro objetivo y no nos dejemos contaminar por su falta de fe.
Hay que tener cuidado ya que malos espíritus hay en todo momento, y la lucha espiritual a la que te enfrentas al ayudar a alguien es grande. La Palabra misma asegura que el problema de muchos incrédulos, es que les han contado novelas y han creído en ellas, porque no hubieron pies bellos que llegaran a esas personas.
Tantos mitos, leyendas, religiones, creencias existen hoy día, que es necesario que tus dos pies se afirmen y dediquen a predicar la única verdad: Jesús.
Yo he decidido mezclarme con el mundo, he decidido soportar críticas con tal de ganar siquiera un alma para el Señor. ¿Y tú qué decides?
“Cuando muchos de los seguidores de Jesús le oyeron enseñar esto, dijeron: -Esto que dices es muy difícil de aceptar. ¿Quién puede estar de acuerdo contigo?. Pero Jesús les respondió: -¿Esto los ofende?” (Juan 6:60-61)
Por cierto, tu verdad, la verdad que prediques, ofenderá; pero no te preocupes, Jesús mismo menciona que habrían ofendidos. Pero si vemos la vida de nuestro Maestro, Él nunca dejó de recibir el apoyo de Dios. 
Si tú no te mezclas con el mundo, el mundo no se mezclará nunca con Dios.

Dios tiene algo mejor


 
Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida. (Proverbios 4:23)
Toda persona cuando comienza una relación amorosa, jamás la comienza sabiendo si algún día terminará o si será para siempre. El anhelo de cada corazón, es triunfar en el amor y ser feliz junto a una persona el resto de tu vida. Pero no siempre resulta así. Y tú dirás, ¿Dios me quiere ver triste? ¿Dios me quiere soltera? No, Dios tiene otros planes para ti.

Fracasar en el amor nunca está en nuestros planes, y mucho menos sufrir por amor. No hay nada que puedas hacer para impedir llorar o sentirte mal cuando aquellos sueños que tenías junto a alguien, se derrumbaron. Pero sí hay una fórmula infalible y exitosa para volver a sonreír: Pensar en Cristo.

Como hijos e hijas de Dios, debemos de tener como prioridad, buscar agradar a Dios. Cuando pongamos nuestros corazones completamente en manos de Dios, Él lo pondrá en manos de alguien que realmente te merezca. Claro que duele, pero si te quedas en el dolor, le estás dando el gusto al diablo de verte débil. Jamás Dios quita a alguien de nuestras vidas si no es por una buena razón.

Cierta vez me dijeron “Dios pone a las personas en tu vida por una razón, y las saca... por una aún mejor.” Nosotros no sabemos cuáles son los propósitos de Dios con nuestras vidas. No sabemos quién será la persona que lleve en su dedo, un anillo con nuestro nombre. Ni mucho menos sabemos cuándo es que el amor verdadero llegará a nuestras vidas. Lo que sí sabemos, es que TODO, pero TODO, está bajo el control de Dios.

Puede ser que por el momento veas todo gris, todo nublado, y sin saber qué hacer. Pero déjame decirte que lo gris jamás empañará la pintura preciosa que Dios está pintando en tu vida. Él es un Maestro en todo lo que hace. Necesitas poner tu corazón en Él.

El versículo de allí arriba nos advierte, que debemos de guardar nuestro corazón. ¿Qué significa? Que debemos de guardarlo en Dios. Debemos depositar nuestra confianza en Él y no en los hombres, porque es del corazón de lo que vivimos. Cuando nos inunda la tristeza, nuestro corazón sufre y nuestro espíritu se abate. Hemos sido creados para ser felices.

“El Señor cumplirá en mí su propósito. Tu gran amor, Señor, perdura para siempre; ¡no abandones la obra de tus manos!” (Salmos 138:8) Aprópiate de este versículo, cree que Dios tiene preparado algo mejor para ti y que Su voluntad es perfecta.

Nos duele olvidar, y muchas veces no olvidamos. Pero si te han decepcionado, o traicionado, perdona de corazón a esa persona, y pon tu mirada en Dios. Puedes mantener una relación de amistad si lo has superado, pero si no, es mejor alejarse para no seguir lastimándose. Date un espacio a solas con Dios.

Mira a tu alrededor, hay personas que te aman y amaron más quizás que tu pareja. Te quieren ver bien, vamos, desde hoy toma la decisión de perdonar y confiar en que Dios te tiene preparado un príncipe o princesa mejor.

Mira más allá de tus ojos humanos y fija tu mirada en los propósitos de Dios. Aprende a esperar en Su tiempo.

No puedes seguir culpándote de los fracasos que hallas tenido, ni muchos menos puedes pasarte la vida llorando por los errores antes cometidos, debes reconocer que si Dios ya te perdonó, entonces eres libre y Dios te ha llamado para ser una victoriosa o un victorioso. Eres más que vencedor en Cristo y los errores que has cometido son sólo experiencias que te ayudaran a madurar espiritualmente y con los cuales algún día podrás ayudar a otras personas que estén pasando por lo mismo.

Aprende a esperar en Dios, pues Él te recompensará en gran manera, así que levántate en el Nombre de Jesús y comienza a tratar de agradar a Dios.

“El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad sino que se regocija con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor jamás se extingue, mientras que el don de profecía cesará, el de lenguas será silenciado y el de conocimiento desaparecerá.” (1 Corintios 13:4-8).
Descansa en el amor de Dios. Dios te bendiga.

Perder para ganar.




"Y ahora que hemos sido justificados por su sangre, ¡con cuánta más razón, por medio de él, seremos salvados del castigo de Dios! Porque si, cuando éramos enemigos de Dios, fuimos reconciliados con él mediante la muerte de su Hijo, ¡con cuánta más razón, habiendo sido reconciliados, seremos salvados por su vida! Y no sólo esto, sino que también nos regocijamos en Dios por nuestro Señor Jesucristo, pues gracias a él ya hemos recibido la reconciliación". (Romanos 5:9–11) 
Hay una canción de Jesús Adrián Romero que se llama "Vengo a vender".
Por si no conoces a Jesús Adrián Romero (cosa que consideraría rara ya que es bien conocido por creyentes y no creyentes) pues, es un cantante (mi preferido por cierto), adorador mexicano, pastor, que va por el mundo predicando a Jesucristo con sus canciones hermosas. En fin,  en esa canción él refleja algo que una vez dijo el Mesías referente al costo de la salvación, aquí está el coro:

"Ven a comprar pan sin dinero y a llevar gracia del cielo, plena dicho y amistad, sin dinero y sin pagar. Ven a comprar perdón sin pago, salvación sin un centavo, vida eterna y libertad, sin dinero y sin pagar." 
Como ves, Jesucristo nos dice que nos ofrece la salvación ETERNA sin dinero y sin pagar. Cuando se refiere a "SIN PAGAR" es porque ya Él pagó nuestros pecados en la cruz. Pero bien, en el devocional de hoy quiero hablarles de la única cosa que Cristo pone como condición para obtener la vida eterna.  
"Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa." (Hechos 16:31) 
Muchas personas dicen que no aceptan a Cristo porque implica mucho sacrificio, un compromiso muy grande, dejar sus antiguas vidas para poder servir a Cristo. Amar al prójimo, anunciar el evangelio, orar, ir a la iglesia, leer Su Palabra y aparte ¡PRACTICARLA! Pero, a pesar de que estas cosas pueden ser duras en un principio, (claro, porque conlleva que uno tiene que abandonar por completo la vida que ya tiene hecha y comenzar desde cero), aquellas personas no se dan cuenta de que van a perder para ganar. 
Perder para ganar ¡Sí!  
Perder sus malos hábitos, sus parrandas, su vestimenta inadecuada, su modo de hablar minado de malas palabras, sus mentiras, su percepción de ver la vida al estilo "Vivir mi vida, la la, la la la...". Saben que tendrán que perder su orgullo, su odio, su egocentricidad, su "primero yo, después yo y luego...yo" En fin, PERDER SU VIDA PECAMINOSA. ¡Abandonarla! ¡Tirarla! ¡Desecharla! ¿Quieres más sinónimos? Pero aun con todo...¿Qué ganan? 
Ganan amor, pureza, bendición, protección, dirección, humildad, honestidad, alegría, gozo, felicidad, risas, carcajadas, fortaleza, crecimiento espiritual, crecimiento personal Y....VIDA ETERNA. ¡Por Dios Santo! Años tratando de encontrar el "Elixir para la vida eterna" y ya vemos que no hay ningún elixir, sino que si le sirves al Rey de Reyes inmediatamente tu nombre está inscrito en el libro de la vida y la vida eterna te espera. ¿Buenísimo, no?  
Detengámonos a pensar si lo que vamos a ganar es mucho mejor que lo que vamos a perder. Te aseguro que sí lo es.   
Hay personas entonces que creen engañar a Dios. Van a la iglesia,  las mujeres se visten con estas faldoootas largas tipo cristiano del siglo XV, los hombres con smokings y así todos muy elegantes, pero...¡Chanchararááán! TIENEN DOBLE VIDA. ¿Qué es esto de la doble vida? Fácil, cristianos de día y no sé qué de noche. 
Aquellos que quieren ganarse la vida eterna sin mover un dedo. No creo que Dios se esté sonriendo cuando los ve, contrario, se entristece, y esto, mis hermanos es lo que un creyente VERDADERO no ocasiona.  
Cuando empiezas a servirle a Cristo y le conoces, le amas. ¡Sí! Sientes ese calor bonito que te recorre cada vez que bajas tu cabeza e inclinas tu oído, cada vez que te arrodillas y juntas tus manos, cada vez que le alabas y alzas tus brazos, aun quedándote callado, sientes Su Gracia sobre ti, te sientes protegido, te sientes apapachado, te sientes AMADO. Y luego viene la etapa de reconocer que de verdad lo necesitabas en tu vida, porque solo Él te la ha llenado. Luego sigue el llamado "desierto", en el que te da las pruebas para que crezcas espiritualmente y seas FUERRRRTE, pero ¡esto no se queda ahí! CADA VEZ QUE LE FALLAS, TE PERDONA. UN MILLÓN DE VECES LO HAGAS, ÉL TE PERDONA. Aunque supongo que no vas a fallarle un millón de veces, porque se supone que el arrepentimiento es un cambio, no simples palabras.  
Hermano/a, si no has aceptado a Cristo como tu Salvador, ¿Qué esperas? El tiempo se agota y Él ya vendrá. Lo necesitas. Créele y sírvele. Perderás nada a cambio de lo que está preparado para ti si decides caminar de Su Mano.   
"En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia” (Efesios 1:7)

Más Él, menos yo.

Él debe tener cada vez más importancia, y yo tenerla menos. Juan 3:30

El Espíritu Santo no puede llenar a quien está lleno de sí mismo.

Renunciar a nosotros mismos es quizá uno de los pasos difíciles para vivir una vida cristiana correcta. Hacer la Voluntad de Dios por sobre la nuestra, cuesta. Antes creíamos que si actuábamos en base de nuestros principios o nuestras ideas, llegaríamos a donde nosotros quisiéramos llegar. Y que en cambio, si seguíamos los pasos de Dios, no sabríamos a dónde íbamos ya que Sus planes para nosotros Él solo los sabría.

Pero cuando aceptaste a Cristo tuviste que haber cambiado esa mentalidad. Ahora sabemos que si actuamos por nuestra propia prudencia, eso no nos llevará a ningún lugar. En cambio, si nos rendimos ante Dios y dejamos que Él actúe en nuestras vidas, llegaremos a lugares de paz, con victoria y descansados. “Confía en el Señor de todo corazón, y no en tu propia inteligencia”. (Proverbios 3:5)

Pero ¿Será que aún nos cuesta entender esto? ¿Será por eso que las cosas nos salen mal? ¿Será que seguimos llenos de nosotros mismos? Sí, leíste bien, llenos de nosotros mismos. Dios no puede llenar con su Espíritu Santo a quien está lleno de sí mismo.

Dios no actuará en alguien que dice “Yo puedo hacerlo…” antes de “Mi Dios puede hacerlo…”; Dios no bendecirá a alguien que dice “Yo sé lo que hago…” en vez de decir “Sé lo que mi Dios hace…”. No seamos más egoístas, debemos de vaciarnos totalmente de nosotros para llenarnos de Cristo.

Una vez me dijeron que “el cristianismo me lavó el cerebro”. Quizás quisieron decir que Cristo lavó mis pecados y que por eso decidí entregarme a Él, pero no entendí bien. Entiende bien, renunciar a nosotros mismos, no significa renunciar a nuestro cerebro. Dios te ha dado libertad de elegir. Se trata de cambiar nuestros planes por los Suyos.

El mejor trueque o intercambio que he hecho en mi vida fue Mis pecados por Su misericordia. Ahora bien, te dejaré algunos pasos para que puedas terminar de vaciarte de ti mismo y busques más la voluntad de Dios:

1. Reconoce a Dios: “Quédense quietos, reconozcan que yo soy Dios”. (Salmos 46:10). Quédate quieto, tómate un minuto para reflexionar. ¿Le estás dando la autoridad a Dios para que actúe en tu vida? O ¿Le estás poniendo límites para hacer lo que tú quieras y en segundo lugar poner su voluntad? Piénsalo bien, reconoce que Dios es Dios y que jamás haría algo para dañarte.

2. Déjate moldear: “Yo fui y me encontré al alfarero haciendo en el torno vasijas de barro. Cada vez que una vasija se le dañaba, volvía a hacer otra, hasta que la nueva vasija quedaba como él quería”. (Jeremías 18:3-4) Dios nos moldeará hasta que quedemos como Él quiere, no como nosotros queramos. Entiende que Sus planes son perfectos y que no hay detalle que quede fuera de atención. Cada parte de Sus propósitos para contigo fueron meditados desde antes que nacieras. Aquella relación, aquel trabajo, aquella amistad, aquella traición, aquel familiar, aquella situación de enfermedad o financiera, todo aquello que te esté haciendo daño, tiene un propósito, debes dejarte moldear por Dios entregándole todas tus preocupaciones. Cada grieta que tú tengas, Él con barro nuevo las sanará.

3. Pon tus ojos en la meta y no en la línea de partida: Hermanos, yo sé muy bien que todavía no he alcanzado la meta; pero he decidido no fijarme en lo que ya he recorrido, sino que ahora me concentro en lo que me falta por recorrer”. (Filipenses 3:13) No te ates a tu pasado, déjalo ir. Si vives pensando en los errores que has cometido, jamás podrás vaciarte por completo. No pienses en la línea de partida, no veas lo que has recorrido ni cuánto has tropezado, pon tus ojos en Jesús. Mira e imagina el futuro maravilloso que puedes tener a Su lado. Déjate llenar por Él.

Es tiempo de vaciarnos y entregarnos por completo al Dador de vida. Déjate moldear y conocerás las bendiciones que Dios te ha estado guardando. Es tu momento, confía en el Señor, Él no te dejará solo.